lunes, 15 de octubre de 2007
El hecho diferencial en el País Vasco
¿Es legítimo que estas dos comunidades obtengan este trato de favor bajo el pretexto de ser "comunidades históricas"? ¿Hay discriminación respecto a Asturias, Extremadura o cualquier otra comunidad? ¿Se permitiría algo parecido para el caso de Cataluña?
Esta es la noticia tal y como la publicó el periódico La Vanguardia el pasado 15 de octubre.
Euskadi renueva su excepción financiera y pagará sólo 1.565 millones este año
El PNV apoya a cambio el presupuesto de Zapatero, que rechazan el resto de aliados
Jaume V. Aroca | Madrid | 15/10/2007 | Actualizada a las 03:31h
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20071015/53402106058.html
Mientras esta pasada semana el nombre de Ibarretxe era baqueteado por todas las tertulias de Madrid y con la cita de mañana del presidente del Gobierno con el lehendakari ya decidida, las Cortes han aprobado en silencio, sin un aspaviento, la renovación del concierto económico y el cupo, la fórmula financiera excepcional de la que disfruta la comunidad vasca.
Euskadi pagará en 2007 al Estado 1.565 millones de euros por los servicios que presta la Administración Central en el País Vasco. Ni un euro más. El resto (una cifra siempre difícil de determinar que este año se acercará a los 13.000 millones) que ingresa su propia hacienda foral, se queda en casa. El sistema de concierto, reconocido por la Constitución y al que el último Gobierno de José Maria Aznar dio el carácter de indefinido, ha colocado el sistema de financiación pública del País Vasco en una situación de privilegio por mucho que esta palabra indigne a sus beneficiarios. En 2005, año del último cupo liquidado, por cada euro que recibieron los ciudadanos de las comunidades del régimen común -Catalunya o Andalucía entre ellas-los residentes en el País Vasco obtuvieron 1,73 euros.
Hace un año, cuando el ministro Pedro Solbes encaró la renovación del concierto aprobada esta semana puso sobre la mesa una revisión del sistema de cálculo. El propósito quedó archivado. Y el resultado final es el contrario del que perseguía el vicepresidente: ahora al cupo (lo que paga Euskadi al Estado español) se le restarán 25 millones en 2007 a favor de los vascos para pagar el sistema de dependencia impuesto del Gobierno español. Sin este acuerdo no habría el apoyo mutuo a los presupuestos. El PNV en Madrid, el PSE en Vitoria. Hoy lunes, a diferencia de lo que harán el resto de aliados del grupo socialista en esta legislatura, no presentará enmienda a la totalidad.
La excepcionalidad financiera del País Vasco se basa en los derechos forales de sus diputaciones, no de la administración autonómica vasca. En términos políticos este sistema también tiene su correlato: los partidos de ámbito estatal -más el PP que el PSOE-son defensores a ultranza de la foralidad; los nacionalistas, de la autonomía. Y ambos lo son del sistema excepcional. Esta conjunción, no siempre pacífica, es la que explica que, quinquenio tras quinquenio, esta excepcionalidad financiera sobreviva sin el menor reproche.
Pero este año, por primera vez en el debate, el Partido Popular ha roto el consenso y se ha abstenido en la votación del cupo. La clave de la disensión radica en la reducción del cupo a cuenta de la ley de dependencia. Sostiene el PP que el estado del bienestar es una competencia exclusiva del Gobierno y que .
La actitud de los populares es el reflejo de la inquietud de una parte de la sociedad vasca que teme que este pacto debilite el sistema concierto ante las autoridades comunitarias que acechan desde hace tiempo, en una batalla jurídica animada desde las comunidades vecinas, su excepcionalidad financiera.
martes, 25 de septiembre de 2007
¡“Vivan” los síndrome de Down!
Me estoy refiriendo a un caso que se hizo público en Milán (Italia) a finales de verano: Una mujer embarazada de tres meses, esperaba gemelos. Al hacerse la prueba de la amniocentesis, se le comunica que uno de los gemelos tiene el síndrome de Down, por lo que solicita un aborto selectivo. Llegado el momento de la intervención, los fetos se intercambian su posición y la doctora elimina por equivocación al “sano”, dejando vivo al que quería matar. Comprobado el error, tras los pertinentes análisis, días más tarde, la madre decide acabar también con el gemelo Down que continuaba vivo en su seno.
El caso es especialmente dramático, pero la cuestión de fondo no varía con respecto a los demás casos de aborto: El problema moral está en el endiosamiento de nuestro deseo. Perseguimos una realidad a medida de nuestros planes, y cuando las expectativas no se cumplen, somos capaces de autoerigirnos en dueños de la vida del prójimo, sin detenernos ante nada. Esta es la inquisición contemporánea: ¡nuestra santa voluntad!: Si un niño es deseado, hoy en día podemos llegar a mimarlo hasta hacer de él nuestro tirano; y si no fuera deseado, procederemos a eliminarlo sin miramientos. Soy consciente de la dureza de estas palabras, pero estaría falseando la realidad si cayese en la tentación de dulcificarlas. Me limito ahora a añadir una serie de reflexiones complementarias:
+ La dignidad de los síndrome de Down: ¿Somos conscientes de que los síndrome de Down han desaparecido prácticamente de nuestra sociedad? Bien es verdad que todavía conocemos algunos de edad más avanzada, pero… ¿dónde están los menores de 10 años, por ejemplo? Estamos ante uno de esos tabúes de los que a nadie le gusta hablar, porque presentimos muchas complicidades encubiertas.
¿Quién sería capaz de mirar a los ojos de estos niños y negarles su dignidad? ¿Quién se siente con derecho a definir y a establecer el concepto de “normalidad”, más allá del cual el derecho a la vida quedará sin protección?
+ La prueba de la amniocentesis: A raíz de este triste episodio de Milán, el presidente de
+ Autopsia obligatoria: Parece que a nadie le llama la atención el hecho de que el diagnóstico de una amniocentesis sea suficiente para autorizar un aborto y que, sin embargo, posteriormente no se exija una autopsia para comprobar si verdaderamente el diagnóstico había sido acertado. ¡Cuántas sorpresas nos llevaríamos si pudiésemos comprobar la veracidad de tantos alarmismos a los que se recurre para cubrirse las espaldas! ¿Quién no conoce a alguien, que según diagnóstico médico, tendría que estar muerto hace tiempo?
+ Lo más grave, la impenitencia: En el momento en que aquellos padres, cuyo nombre desconocemos –y preferimos que así sea- supieron que el gemelo “sano” había sido eliminado por error, dispusieron de una ocasión de oro para reparar el error cometido. Pudieron haber interpretado lo ocurrido como una llamada a rectificar sus valores de vida... Tras lo sucedido, podrían haber comprendido que el «error» no había estado en la elección del feto, sino en el aborto mismo. Pero, sin embargo, ¡¡volvieron a tropezar en la misma piedra…!! Quizás esto sea lo más grave de este caso –y no me estoy ahora refiriendo a esos padres-: el hecho de que nuestra sociedad mantenga la permisividad ante el aborto, a pesar de que seamos testigos de tantos dramas.
+ ¡Cuida de tu hermano débil!: Cuando en nuestras familias cristianas nacía un hijo con algún tipo de minusvalía o enfermedad crónica, nuestros padres nos inculcaban y educaban para que fuésemos sus custodios hasta el fin de sus días: “¡Cuida siempre de tu hermano débil!” –se nos decía-. Ahora resulta que ha sido el gemelo sano quien ha dado una lección a sus padres sobre cómo cuidar a su hermano enfermo. ¡Paradojas de la vida! Como también es una paradoja que haya miles de familias deseosas de adoptar y abiertas a acoger en adopción a quienes otros han desechado. ¡Que “vivan” los síndrome de Down!